Habla con una pasión
arrolladora de las obras de arte y artistas que ha logrado juntar en la muestra
que en estos días realiza en El cultural y que estará hasta el 8 de noviembre.
Luisa Fernanda Lindo es
la curadora de esta perturbadora manifestación artística de distintos lenguajes
visuales de arte contemporáneo, una visita obligatoria para el público en
general y para los artistas arequipeños en especial. Aquí una conversa con
ella.
¿Qué hace una curadora?
El curador o curadora se encarga de concebir el concepto de la
muestra, pensar la idea, convocar a los artistas, decidir si es una muestra
individual o colectiva, investigar acerca de la obra de los artistas, además es
quien redacta el texto con el cual acompaña la muestra, ese que encontramos
cuando entramos a la sala, museo o galería, también hace el diseño de montaje,
no solo selecciona a los artistas, sino
también que obra va a ir, y a su vez como distribuirlas en la sala de forma que
estas piezas dialoguen entre sí.
Tienes en Arequipa, en la sala del cultural una muestra: El deseo o la emergencia de lo privado en
lo público. Con diferentes artistas iberoamericanos, David Bestue (España),
Nuria Güell (España), José Luis Martinat (Perú), Jorge Méndez Blake (México) Camila
Ramírez (Chile), David Zink Yi (Perú).
En realidad esto de reunir artistas iberoamericanos era
parte de mi deseo también, estuve investigando de acuerdo al concepto que tenía,
que artistas y que obras podrían crear potencia, los de México, Chile y España
nunca habían expuesto en Perú, no muchas personas los conocían y eso creó
cierta expectativa, son muy reconocidos en sus países, e internacionalmente,
por eso me pareció importante como parte de la gestión curatorial también proponer
que haya conferencias, presentación de portafolios, talleres para que haya una
circulación de información con los
estudiantes, otros artistas y curadores. Fueron varios meses de trabajo junto
al centro cultural de España, y ahora con el cultural peruano norteamericano.
Lo público y lo
privado, el espacio, el tiempo han cambiado muy rápido en los últimos años.
Si, es algo que vivimos cotidianamente, un mundo acelerado,
todo pasa tan rápido, que no hay detención y los limites se desvanecen, los límites de la
ficción y la realidad también, hablábamos de como llegas a tu casa, a tu
intimidad, enciendes el televisor y lo público
se introduce en tu hogar o conectas la
computadora entras al facebook y te enteras de la vida de los demás, entonces, es
un deseo real o es una emergencia, esta necesidad que lo privado se inmiscuya
en lo público o viceversa.
Es lo que encuentra
el público en la muestra, de pronto van a ver piezas y situaciones de
objetos cotidianos puestos en otro punto de vista y sostenidos sobre una idea,
sobre un discurso distinto, donde lo público y lo privado se diluyen
definitivamente. Se ve en la exposición
procesos de artistas con obras que llevan una carga significativa muy
importante, hablamos en la presentación que no se pueden ver las obras sueltas
como fragmentarias porque hay un
contexto, hay una coyuntura, el artista pertenece a una época, tiene una
historia, un lugar de procedencia, no estamos solos, el arte tampoco está solo, se interconecta con otras
disciplinas, es multidisciplinario, ya no se puede pensar el arte como especialidad.
Esta muestra invita a romper los prejuicios, a reflexionar, a cuestionarse uno
mismo cual es su postura frente a eso que está viendo.
El tema de la memoria está
muy presente en las obras.
Hay hechos históricos que marcan, por ejemplo el muro de Jorge
Méndez que el realiza en un momento puntual, cuando se produce el quiebre de la
bolsa en Wall Street, el título original es: Marx , Engels and The Wall
y no es inocente la elección de los materiales , el trabajo con los
ladrillos y la inserción de esta
textualidad que es el manifiesto comunista que sostiene la estructura aparentemente
solida a la vista, pero cuando uno la rodea se da cuenta que es un estructura vacía y que es
frágil a su vez, porque no está adherida a nada, lo ladrillos se sostienen por
su propio peso, eso nos lleva a reflexionar. Por eso es importante el contexto de producción de un artista, lo mismo
sucede con las piezas de Camila Ramírez, su obra se llama Unión Popular, presenta
seis herramientas que son de construcción, que requieren una fuerza física, ligadas a un oficio y
hablan del trabajo del proletariado y están sostenidas sobre mesas rojas, eso
es un guiño interesante, pero además estas piezas están unidas y al estarlo el
valor se diluye porque se convierten en
objetos imposibles, no se puede trabajar con ellos. Se vuelven inútiles,
lúdicos, estéticos, bellos a la vista pero en su función original ya no están.
Mucha gente no va a
ver arte contemporáneo porque dice que no entiende, que es muy conceptual.
El arte ha cambiado mucho, no hay que ser tan inocentes y
hacer un juicio en la primera impresión es interesante cuando uno no sabe nada
de arte y humildemente se acerca a observar,
a cuestionar eso que está viendo, porque nadie te puede imponer una forma de ver las cosas, ni
el curador ni el artista, la experiencia es única, cada quien tendrá su propia experiencia hay
quienes le gustara hay otros que no le
gustara, hay quienes entenderán una cosa distinta a la de su vecino, pero si va a producir
algo, pero además creo que es interesante
investigar antes de ir a una exposición que voy a ver, eso es más rico porque
tienes una idea del artista que te presenta y también estas un poco mas
sensible con lo que te vas a encontrar.
¿De donde viene esa
pasión con la que trabajas?
Cada vez que veo la muestra y el montaje, me enamoro más de la
piezas, creo que en conjunto dialogan
muy bien y estoy más que agradecida de contar con seis artistas tan talentosos
y tan valiosos y además con un reconocimiento, su trabajo lo vale, son personas
que investigan, que son auténticos. Con un compromiso que no es pose, están sólidos
en su discurso, creen en lo que hacen y las piezas me parecen de una poética
increíble, entre ellos no se conocían y verlos juntos ahora era como un sueño
hecho realidad.
Hay un hilo conductor,
la entrada y salida de las estructuras.
La muestra plantea el deseo como movimiento, como una
pulsión que te permite salirte de esa estructura impuesta y volver a ella, pero
ya con otra experiencia, es como el mito
de las cavernas, de pronto estas dentro de esa caverna, y te dicen que si sales
te vas a morir, pero tú lo haces y sabes que no es así, puedes volver y
regresas transformado, lo interesante de la muestra es lo mismo, hay una
primera sala donde esta toda la estructura, la construcción y también el mito,
la ideología, las instituciones en
crisis y luego pasa a otra donde está la incidencia sobre el otro, el deseo
como pulsión y esto privado que se vuelve público.
Una pregunta final, ¿Quién es Luisa Fernanda?
No me gusta hablar de mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario