Las
calles de nuestros barrios nunca toman prisioneros,
quiebran al que no resiste sea local o sea extranjero.
quiebran al que no resiste sea local o sea extranjero.
Rubén
Blades
Un escenario donde tres jóvenes danzan la
violencia con violencia, en medio de una mezcla de símbolos que para unos son
sagrados y para otros son solo imágenes sin significado, con actitud física de
agresividad permanente, mezcla musical de ritmos que han invadido una ciudad
que busca su identidad, la herencia de la violencia política está allí, impregnado
en esta manera de expresar su inconformidad, en este lenguaje corporal al borde
del performer circense, y al borde de lo real, por momentos me sentí caminando
en una calle de la Victoria después de un partido de fútbol viendo a los de la
barra brava correr en grupo para guerrear, o en una celebración de fiesta
patronal en un canchón de la carretera central, en medio del alcohol y la
bronca sin sentido, con una visión machista
de las relaciones humanas, donde la mujeres solo representan el sexo y el dinero.
Esta ha sido la experiencia de ver Cholo Peruano
ayer en la noche en el marco de la muestra de los trabajos ganadores del
programa: Ayudas a la producción y exhibición de Artes escénicas en Perú. Que
ha sido posible por una alianza entre el Centro Cultural de España y el Centro
Cultural Peruano Norteamericano de Arequipa.
Veía a los más jóvenes de la audiencia
disfrutar con el espectáculo, los adultos sentían la violencia, algunos
agarrados de sus sillas, los más viejos querían un paisaje, una poco de ternura,
un intermedio musical que nunca llego. Ha sido un buen inicio de este
encuentro, el riesgo es parte de la creación y en esta obra hay mucho riesgo,
pues no es contemplativa, no da concesiones a los espectadores, es la visión de
los creadores que al final del espectáculo parecían asustados por las
reacciones del público.
Mención aparte para la concepción de la escenografía,
interesante muestra de estructuras de fierro, de esas que se construyen para
las fiestas y convierten un espacio público en algo privado por un tiempo
determinado, que me llevo a pensar en un montaje simbólico de los años noventa
llamado ANDAMIOS de CEXES y los jóvenes Yuyachkani, la cocina en medio del espectáculo
también me remitió a PRIMERA CENA una obra llena de olores y sabores.
Hojas de coca, harina, cerveza, tierra,
sudor, lágrimas, sangre, ropa sucia, rota, texturas que mezcladas son el Perú,
el joven Perú que busca una identidad que ya tiene pero que todavía no
reconoce.
La muestra continua esta noche con ESCUELA
VIEJA todo lo que quiso olvidar sobre la educación peruana, llamativo titulo
del grupo que dirige Patricia Biffi.
La cita es en el cultural a las 7.30 de la
noche y la entrada es gratuita.
Mientras tanto como diría el gran Rubén
Blades...La vida y la muerte bailan, con la cerveza en la mano.
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