jueves, 14 de noviembre de 2013

CHOLO PERUANO en el Cultural - Violencia maldita violencia




Las calles de nuestros barrios nunca toman prisioneros,
quiebran al que no resiste sea local o sea extranjero.
Rubén Blades

Un escenario donde tres jóvenes danzan la violencia con violencia, en medio de una mezcla de símbolos que para unos son sagrados y para otros son solo imágenes sin significado, con actitud física de agresividad permanente, mezcla musical de ritmos que han invadido una ciudad que busca su identidad, la herencia de la violencia política está allí, impregnado en esta manera de expresar su inconformidad, en este lenguaje corporal al borde del performer circense, y al borde de lo real, por momentos me sentí caminando en una calle de la Victoria después de un partido de fútbol viendo a los de la barra brava correr en grupo para guerrear, o en una celebración de fiesta patronal en un canchón de la carretera central, en medio del alcohol y la bronca sin sentido,  con una visión machista de las relaciones humanas, donde la mujeres  solo representan el sexo y el dinero.

Esta  ha sido la experiencia de ver Cholo Peruano ayer en la noche en el marco de la muestra de los trabajos ganadores del programa: Ayudas a la producción y exhibición de Artes escénicas en Perú. Que ha sido posible por una alianza entre el Centro Cultural de España y el Centro Cultural Peruano Norteamericano de Arequipa.

Veía a los más jóvenes de la audiencia disfrutar con el espectáculo, los adultos sentían la violencia, algunos agarrados de sus sillas, los más viejos querían un paisaje, una poco de ternura, un intermedio musical que nunca llego. Ha sido un buen inicio de este encuentro, el riesgo es parte de la creación y en esta obra hay mucho riesgo, pues no es contemplativa, no da concesiones a los espectadores, es la visión de los creadores que al final del espectáculo parecían asustados por las reacciones del público.

Mención aparte para la concepción de la escenografía, interesante muestra de estructuras de fierro, de esas que se construyen para las fiestas y convierten un espacio público en algo privado por un tiempo determinado, que me llevo a pensar en un montaje simbólico de los años noventa llamado ANDAMIOS de CEXES y los jóvenes Yuyachkani, la cocina en medio del espectáculo también me remitió a PRIMERA CENA una obra llena de olores y sabores.

Hojas de coca, harina, cerveza, tierra, sudor, lágrimas, sangre, ropa sucia, rota, texturas que mezcladas son el Perú, el joven Perú que busca una identidad que ya tiene pero que todavía no reconoce.

La muestra continua esta noche con ESCUELA VIEJA todo lo que quiso olvidar sobre la educación peruana, llamativo titulo del grupo que dirige Patricia Biffi.
La cita es en el cultural a las 7.30 de la noche y la entrada es gratuita.


Mientras tanto como diría el gran Rubén Blades...La vida y la muerte bailan, con la cerveza en la mano.


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